Sin siquiera un hilo de esperanza,
esta tarde deslumbrante
te veo pasear por esas calles
agraciadas,
alegres,
del brazo insensible
del orgullo,
del frío desapego
y ante la mirada
de las gentes que pasan
saludando,
sonriendo,
mientras este tonto corazón
se desespera
y se desangra,
mirando,
soñando...
Y un agudo dolor se va clavando
en mi costado,
acerbo,
malhadado,
violento,
mientras tus ojos
miran a otra parte,
apremiantes, desesperados,
en tanto que tu corazón galopa
sabiendo que te miro y que me muero
de celos, de dolor, de rabia
y de esa ardiente
premura,
sorda,
ruda,
inexorable
que ávidamente nos consume
hasta el instante cruel.
del desfallecimiento.
esta tarde deslumbrante
te veo pasear por esas calles
agraciadas,
alegres,
del brazo insensible
del orgullo,
del frío desapego
y ante la mirada
de las gentes que pasan
saludando,
sonriendo,
mientras este tonto corazón
se desespera
y se desangra,
mirando,
soñando...
Y un agudo dolor se va clavando
en mi costado,
acerbo,
malhadado,
violento,
mientras tus ojos
miran a otra parte,
apremiantes, desesperados,
en tanto que tu corazón galopa
sabiendo que te miro y que me muero
de celos, de dolor, de rabia
y de esa ardiente
premura,
sorda,
ruda,
inexorable
que ávidamente nos consume
hasta el instante cruel.
del desfallecimiento.
Luis Villaseñor Martínez
SAN JERÓNIMO LÍDICE, A 26 DE OCTUBRE DE 2009
SAN JERÓNIMO LÍDICE, A 26 DE OCTUBRE DE 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario